Sète y sus tradiciones

El sol mediterráneo, la diversidad de sus paisajes y la calidad de su acogida están en la base de este arte de vivir, haciendo del Languedoc-Rosellón una tierra rica y generosa que sigue atrayendo y cautivando a visitantes de todo el mundo. Ya sea junto al mar o en el corazón del interior, las tradiciones de convivencia y de compartir son sólo algunas de las bazas de la región.
Tradiciones festivas, vinos de renombre, partidos de petanca, mercados al aire libre, cenas gastronómicas…
Este modo de vida apacible se refleja también en la artesanía local, la frescura de los productos y la rica y variada inspiración artística que se aprecia tanto en el patrimonio de la región como en las numerosas personalidades apasionadas por esta tierra acogedora.
Visita Montpellier, regálate una escapada urbana y descubre todo el encanto de esta ciudad del sur.
O dirígete a las Causses y Cévennes, donde encontrarás una vertiginosa variedad de quesos y rutas de senderismo.
Tal vez prefieras el Canal du Midi, un mundo de silencio entre viñedos y garriga, o podrías lanzarte a las estrellas en una peregrinación a Santiago de Compostela.
Con la historia mezclada con la tradición, opta por Nimes, Carcasona o Narbona, y descubre el Puente del Gard, los castillos cátaros, las fortificaciones de Vauban, la ciudad medieval ¡y mucho más!